Desde hace más de tres años, Elaine Díaz Rodríguez, directora de la revista digital cubana Periodismo de Barrio, envía un boletín mensual a sus 839 suscriptores. Para llegar a sus lectores, Díaz usa Mailchimp, una plataforma de boletines con sede en Estados Unidos. Pero cuando intentó enviar su último boletín hace dos semanas, no pudo acceder a su cuenta. En cambio, le apareció un mensaje de error que decía que la cuenta no existía.
Díaz no estaba sola. Según pudo comprobar Rest of World, al menos otros dos conocidos medios cubanos experimentaron algo similar en semanas recientes: 14ymedio y Magazine AM:PM.
Al contactar a Mailchimp, la compañía emitió una declaración que decía: “Operamos conforme a todas las leyes y regulaciones aplicables y ponemos a disposición de nuestros clientes políticas adicionales de la empresa en virtud de nuestras condiciones de uso estándar”. La compañía agregó que estaba trabajando “con cada propietario de cuenta directamente y las que cumplan los requisitos serán restablecidas”.
Poco después de que Rest of World se comunicara con Mailchimp, la plataforma restauró las cuentas que habían sido canceladas.
Aunque Mailchimp no respondió a las preguntas de Rest of World sobre porqué se cerraron las cuentas y luego se restablecieron, la breve censura probablemente tuvo algo que ver con los términos de servicio de la compañía. Estos establecen que los usuarios “no deben tener su sede en Cuba, Irán, Corea del Norte, Siria o cualquier otro territorio que esté sujeto a un embargo del gobierno de los Estados Unidos”.
Si bien archivos de Way Back Machine indican que estos términos han estado vigentes en la empresa desde, al menos, el 23 de mayo de 2018, numerosas cuentas en Cuba pudieron usar Mailchimp durante este tiempo.
“Como usuario de Mailchimp de experiencia, la sensación es que ha sido una progresiva restricción”, dijo Rafa G. Escalona, director de la revista de música Magazine AM:PM. Al principio no había ningún tipo de restricción, luego hace un par de años empezó la necesidad de usar un VPN para poder gestionar contenido multimedia a la hora de editar los boletines. Hasta llegar a sucesos como la cancelación.”
El momento en que ha ocurrido la prohibición de Mailchimp podría tener algo que ver con las actividades de la empresa de boletines en Estados Unidos. Los cierres tuvieron lugar el día antes de que Mailchimp anunciara que la compañía había sido comprada por Intuit, la plataforma de tecnología global detrás de TurboTax, QuickBooks, Mint y Credit Karma —el tipo de transacción sujeta a diligencias legales rigurosas—.
Ellery Roberts Biddle, directora de proyectos de Ranking Digital Rights, dijo a Rest of World que, dado el momento, “es una muy buena suposición que esto tuvo que ver con la evaluación de riesgo legal por parte de Intuit.”

“En mi experiencia, los abogados que trabajan para estas empresas suelen ser excesivamente conservadores,” dijo a Rest of World Ted Henken, profesor asociado del Departamento de Sociología y Antropología en Baruch College, de CUNY.
“Ellos pueden aplicar reglas que no existen, solo para proteger a las empresas de posibles demandas, y simplemente, para no correr riesgos, no tienen ningún negocio con Cuba. A menudo lo hacen por ignorancia, sin saber nada acerca de los medios de comunicación o compañías” que censuran.
El embargo estadounidense a Cuba se diseñó inicialmente con dos propósitos, de acuerdo con la Ley de Libertad Cubana y Solidaridad Democrática (LIBERTAD) del Congreso de los Estados Unidos de 1996: castigar al gobierno cubano por “violaciones sistemáticas de los derechos humanos”, al limitar los intercambios comerciales, y para dar “asistencia a una Cuba libre e independiente”.
Estas restricciones han demostrado ser difíciles de navegar para las startups digitales. Recientemente, Venmo detuvo pagos dirigidos a Palestina. Paypal llegó a restringir una transacción que hacía referencia a un “sandwich cubano”.
Hay observadores que ven en el cierre temporal de las cuentas de Mailchimp de medios cubanos un despropósito en lo que concierne al embargo estadounidense. “Los tres medios de comunicación [que sufrieron cancelaciones] son independientes y, en todo caso, el gobierno de Estados Unidos debería estar contento… no tratar de sabotearlos”, dijo Henken.
El cierre de cuentas en Mailchimp expuso la doble presión bajo la que se encuentra el periodismo en Cuba. El embargo estadounidense suprime las herramientas que utilizan muchos periodistas para mantenerse en contacto con sus audiencias y entre ellos mismos. “Por ejemplo, El Toque [otro medio cubano] estaba en Slack y de un día para otro le tumbaron todos los servicios,” dijo Díaz. Al mismo tiempo, los medios de comunicación cubanos operan dentro de un marco legal restrictivo que prácticamente prohíbe el periodismo independiente en la isla.
Díaz agradeció la decisión de Mailchimp de restaurar su cuenta. Espera que signifique “que van a empezar a asumir políticas específicas hacia organizaciones independientes, lo cual está bien porque si bloqueas a todo un país, estás afectando también a la sociedad civil y es mejor que se establezcan responsabilidades individuales y no colectivas.”
Henken es menos optimista. “’El embargo es extremadamente torpe y comete los mayores errores cuando algún abogado, para proteger a su empresa, intenta usar un martillo cuando probablemente una herramienta diferente sería mejor”, dijo. “Hace falta alguien con conocimiento local para asesorar a estas empresas y darles los matices necesarios para tomar mejores decisiones”.